15 de Mayo

Día del Maestro

Todos tenemos un maestro que ha influido en nuestro camino; el que nó nos regaño cuando debía y nos hizo abrir grandemente los ojos; aquél que nos llamó oportunamente la atención, el que pacientemente esperó a que entendiéramos algo, el que se mostró injusto, el que con sus explicaciones, dio alas a nuestra imaginación y nos hizo abandonar mentalmente el salón.
Tener un maestro que además de su influencia, nos haya heredado sus genes es extraordinario.
Mi maestra de segundo año de primaria, era sumamente estricta, era de las maestras “pegonas”, me jalaba las orejas frente al pizarrón, porque no sabia dividir, me regañó injustamente en dos o tres ocasiones, porque unas tramposillas se pasaron de listas y a mi me tocó perder. Muchos años después, su hijo y yo formamos una familia, donde ella era un ejemplo para todos. La profesora Ana Maria Guevara (finada) impartió siempre segundo año de primaria en la prestigiosa Escuela Heriberto Aja, por 40 años consecutivos. En el cincuentenario de fundación de la Heriberto Aja, a mi suegra le hicieron un homenaje; colocaron una placa conmemorativa en su salón con su nombre; toda su familia estuvimos presente, porque además todos sus hijos y nietos fueron sus alumnos.
Tres de sus nietos son maestros, mi hijo tiene una gran vocación para el magisterio (aunque no lo quiera admitir), y mis hijas se inclinan por el mismo camino. Además de haber sido mi maestra, mi amada suegra y mi segunda madre, fue también maestra de mis hijos.
Orgullo de nuestra familia, hizo que sintamos respeto hacia todos los maestros, porque llevamos su ejemplo en el corazón.