27.6.06

ALTAR


Nos encontramos en la esquina noroeste de nuestro país, ésta es una región que la mayoría de los viajeros tratan de cruzar lo más rápidamente posible: entre las poblaciones de San Luis Río Colorado y Caborca, hay casi 400 kilómetros de carretera donde no se encuentra más que una pequeña población llamada Sonoyta y algunos ranchos; el resto son territorios aparentemente inútiles, resecos y hostiles, donde el clima, las plantas y los animales son vistos como un peligro constante para el ser humano. Estamos en el corazón del desierto sonorense, un área de más de 200,000 kilómetros cuadrados que comprende el sur de Arizona y las tierras bajas del estado de Sonora; una amplia planicie en la que sobresalen unas cuantas serranías que parecen islas en un mar de arena y arbustos, impresión que se acentúa por los frecuentes espejismos en los que de pronto aparecen lagos inexistentes hasta en la carretera desolada, debidos a las altas temperaturas que superan los 45° centígrados.La aridez y las notables oscilaciones térmicas hacen del desierto de sonorense una zona poco propicia para la vida y es precisamente esta situación la que convierte esta región en un inmenso laboratorio natural, donde tanto animales como plantas han encontrado el modo de sobrevivir en condiciones extremas; más de 240 especies de plantas superiores y 230 especies de vertebrados terrestres han hecho de Altar su casa y lo han convertido en uno de los desiertos de mayor biodiversidad del continente americano.

1 comentario:

Pina dijo...

qué lindas fotos, Marmoleja!

saludos