21.10.06

A traves del espejo



Hoy al subirme en un camiòn, abordò una personita extraña, iba de la mano de su mamà; de edad indefinida y tristemente encorbado al frente; su cabeza desproporcionadamente màs pequeña que el cuerpo, tenia barba y bigotes ralos. Se sentò en la fila de al lado, lo mirè a travès del espejo de enfrente, èl tambièn me mirò, sus ojos eran tan dulces como los de un bebè, le sostuve la mirada y me sonriò apenado, yo le sonreì tambièn, levantò su brazo derecho y me enseño un par de jeringas que llebaba en la mano, yo levantè mi mano izquierda y le mostre una moneda, me sonriò mostrando una blanca dentadura, despuès volviò a levantar el brazo con las jeringas y yo volvì a mostrarle la moneda
Un inocente juego a traves del espejo, nos enseñò que no siempre miramos con curiosidad o con morbo y que en cualquier lugar podemos encontrar verdaderas muestras de afecto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando estas muestras de afecto suceden, llegan muy profundo... Saludos, y deseo que en su vida pasen más tan cosas extraordinarias como esta...

Pina dijo...

Suceden siempre. Lo que pasa es que los humanos estamos siempre tan embobados en cuestiones instrascendentes que preferimos no ver, aunque contemos con esa maravilla de poder hacerlo.
¿no crées?
Saludos, Madame!