El cuadro

Parte II

Seguramente ustedes estarán pensando que este cuento es de terror o suspenso; seguramente piensan que la mujer del cuadro se posesiona de su alma, se sale del cuadro y se apodera de su cuerpo; o el pintor muere y el cuadro se hace famoso después de su muerte como los de Van Gogh… pues no, definitivamente no; este cuadro no se hace famoso, nadie sabe de su existencia y la vida del pintor es tan gris como su cuadro.
Sabiendo ustedes esto, entonces para que seguir leyendo verdad?
Quizás se pierda el entusiasmo en su lectura, pero esperen un poco, sean pacientes, les contaré lo qué sucedío en la vida de este pintor mediocre.

-Pintar cuerpos o expresiones de una cara es lo más difícil que hay, se necesita infinita paciencia, si tu no la tienes, pinta otra cosa.
Esto le decía su maestro y durante el curso nunca se atrevió a pintar otra cosa que no fueran cestas con frutas o jarrones.

Cuando Juan Carlos empezó a pintar a la mujer en el reverso del cuadro, utilizó un pincel demasiado grueso y lo que debieron ser delicados rasgos se convirtieron en caricaturezcos. La distancia entre los ojos y la nariz y entre esta y la boca estaba muy desproporcionada, la raíz del pelo nacía muy atrás y esto le dio una imagen ridícula y deforme. Muy desilusionado con la cara de “su mujer”, aplicó encima de ella una capa de pintura color crema y volvió a dibujar; la segunda versión quedó igual de fea, pero continuó con el cuello; muy largo y grueso. Todo esto le llevó unas 5 horas, así es que cansado, y enfadado con el resultado dejó su cuadro sobre la mesa y se dispuso a dormir.