Un segundo màgico

Hoy tuve necesidad de abordar un camiòn y cruzar una gran parte de la gran ciudad, hacìa mucho que no me subìa a uno.
Veìa por la ventanilla grandes bodegas, campos de futbol, un grupo de alumnos del Conalep, que se empujaban alegremente. Mientras esto obserbaba, escuche el rasgueo de una guitarra; mirè al pasillo y vì a un anciano que con una voz melodiosa empezò a cantar, mientras una señora muy alicuzadita, pedìa dinero en un vaso desechable.
Escuche la canciòn:
Por fin, ahora soy Felìz,
Por fin he realizado el amor soñado
en mi corazòn
....

Despuès cantò:
Cuando la luna se ponde grandotota
como una pelotota
y alumbra el corazòn
....

Gavilan, gavilàn, gavilàn
Te llevaste mi polla gavilàn.

Recordè a mi mamà. Estas canciones no son de mis tiempos, ya casi no se escuchan en la radio, pero mi mamà las cantaba. Hice esfuerzos por no llorar... seguì escuchando:

-la pollita que màs quiero...

Y entonces, en un segundo màgico y maravilloso, retrocedì muchos años en el tiempo y me vi de niña, jugando a la bebeleche mientras mi mamà hacìa un gran arco con el chorro de agua de la manguera, tratando de mojarme, escuche mis carcajadas alegres tratando de evitar el agua.
Asì como llegò la magia, asì terminò; alguien dijo:
-Bajan.
El camiòn frenò bruscamente, voltie a ver donde me encontraba y me bajè apurada.